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Agile
Para entender las metodologías ágiles, es fundamental empezar por el concepto de "Agile". Según Agile Alliance, Agile es "la capacidad de crear y responder al cambio. Es una forma de lidiar y, en última instancia, tener éxito en él".
El origen de esta idea se remonta a 2001, con la creación del Manifiesto Ágil. En aquel entonces, diecisiete profesionales del software se reunieron para formular y aplicar una nueva metodologías de desarrollo. El Manifiesto Ágil establece los valores principales de Agile como: - Individuos e interaccion sobre procesos y herramientas.
- Software funcional sobre documentación extensiva.
- Colaboración con el cliente sobre la negociación de contratos.
- Se debe poder responder al cambio en lugar de seguir un plan fijo.
Es posible ser ágil sin necesariamente practicar Agile, y tecnicamente, se puede estar practicando Agile sin realmente experimentar la agilidad. Agile no es una técnica, sino una forma de pensar. Aquí es donde entran en juego las metodologías ágiles.
Podemos definir a las metodologías ágiles como marcos que los equipos y las organizaciones adoptan para llevar a la práctica la mentalidad ágil. Si Agile representa el "qué", las metodologías ágiles representan el "cómo".
El objetivo de implementar cualquier metodología ágil es aumentar la agilidad de la empresa. La forma en que se intenta alcanzar la agilidad es lo que determina si se está practicando Agile o no.
Los 4 valores son los pilares fundamentales de la metodología ágil. A partir de estos, se desarrollaron 12 principios que se pueden adaptar facilmente a las necesidades de cada equipo. Si los valores ágiles fueran los cimientos de una casa, los principios serían las habitaciones construidas dentro de ella.
Los 12 principios del Manifiesto Ágil son:
1) Satisfacemos a los clientes a través de la entrega temprana y continua. Cuando los clientes reciben actualizaciones con regularidad, es más probable que vean los cambios que desean dentro del producto. La consecuencia es que los clientes son más felices y están más satisfechos. En el Manifiesto Ágil es clave deleitar al cliente.
2) Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del proyecto. El eje fundamental de los esquemas ágiles es la adaptabilidad. En procesos iterativos como los ágiles, la flexibilidad causa más bien que mal.
3) Hacemos entregas valiosas con frecuencia. Este principio es similar al primero, se efectúan entregas valiosas a los clientes con frecuencia y por eso es menos probable perderlos.
4) Rompemos con el aislamiento en los proyectos. La colaboración es la clave de la estrategia ágil. El objetivo es que las personas superen sus propios proyectos individuales y colaboren juntas con mayor frecuencia.
5) Desarrollamos proyectos con personas motivadas. La metodología ágil funciona mejor cuando los integrantes de los equipos se sienten comprometidos con lo que hacen y trabajan activamente para alcanzar algún objetivo.
6) El modo más eficiente de comunicar es con conversaciones cara a cara. Si bien es cierto que el trabajo cambió radicalmente desde 2001 a la fecha, la percepción con respecto a esta declaración aún tiene vigencia. Si trabajás en un equipo descentralizado, dedicá tiempo a comunicarte de maneras que incluyan algún tipo de comunicación cara a cara, como las videollamadas por Zoom.
7) Nos interesa que el cliente participe en todas las fases del proyecto para que se sienta comprometido y satisfecho, sin tecnicismos, para obtener el feedback necesario y asegurar que el mensaje sea claro y comprensible.
8) Mantener un ritmo de trabajo constante. Algunos aspectos de las metodologías ágiles pueden tener un ritmo acelerado, pero nada debería ser tan rápido como para que los miembros del equipo terminen padeciendo agotamiento. El objetivo es mantener la constancia a lo largo del proyecto.
9) El diseño y la excelencia técnica son importantes en los proyectos ágiles, por ellos se revisa y ajusta en cada iteración, mientras el proyecto se va desarrollando, se realizan mejoras increméntales para garantizar su correcta funcionaldiad y alcanzar la excelencia.
10) La simplicidad es esencial. A veces, la solución más simple es la mejor. Las metodologías ágiles apuntan a no complicar demasiado las cosas y a encontrar respuestas simples para problemas complejos.
11) La organización interna y autónoma de los equipos genera resultados más valiosos. Los equipos en los que se trabaja con proactividadad producen activos más valiosos para la empresa, ya que se esfuerzan por apostar ese valor.
12) Con regularidad, el equipo reflexiona y adapta las formas de trabajo para favorecer la efectividad. Las reuniones para análisis retrospectivo son muy comunes en las prácticas ágiles. Es tiempo dedicado a que los miren hacia atrás, reflexionen sobre su desempeño y adapten los comportamientos para el futuro.
Existen diversas metodologías que pueden clasificarse como ágiles, así como numerosos marcos diseñados para aplicar Agile de manera efectiva en todas las organizaciones.
Vamos a profundizar en algunas de las metodologías ágiles más populares:
Scrum
Esta es una de las metodologías ágiles más adoptadas, destacándose en la gestión de proyectos iterativos e incrementales. En Scrum, el Product Owner (responsable de definir y priorizar los requisitos de un producto) establece una lista de prioridades llamada Product Backlog, que debe ser completada por un equipo multifuncional. Este equipo trabaja en periodos cortos de tiempo llamados sprints, que duran entre 2 y 4 semanas. Al final de cada sprint, el equipo revisa y actualiza la lista de tareas según las necesidades.
Programación extrema (XP)
Extreme Programming (XP) es otra metodología ágil que se enfoca en trabajar rápido y en entregar resultados de manera continua. Al igual que Scrum, XP permite a los equipos entregar incrementos del proyecto en intervalos cortos, generalmente cada 1-3 semanas. Los clientes comunican cuáles son las características más útiles y el equipo de trabajo implementa esas sugerencias.
Kanban
Esta metodologías ágil, al igual que las demás, se enfoca en la colaboración efectiva para la entrega continua de productos de calidad. Específicamente se distingue por su método visual para gestionar activamente la creación de productos. Utilizando un tablero Kanban, se facilita un enfoque visual mediante columna que representan el trabajo pendiente, en proceso y terminado, mejorando la colaboración y eficiencia.
Crystal
Esta metodología prioriza las interacciones entre las personas involucradas en un proyecto sobre las herramientas y técnicas de desarrollo. Crystal valora la interacción, las personas, la comunidad, las habilidades, las comunicaciones y los talentos, clasificando los proyectos según el tamaño del equipo, la criticidad del sistema y las prioridades del proyecto. Al igual que otras metodologías ágiles, comparte la atención a la entrega temprana y frecuente de software, la alta participación de los usuarios y la eliminación de la burocracia, siendo una de las más flexibiles debido a su adaptación a cada proyecto.
Método de desarrollo de sistemas dinámicos (DSDM)
El Dynamic Systems Development Method (DSDM) es una metodología ágil integral centrada en las necesidades comerciales y el valor, la participación activa del usuario, equipos empoderados, entrega frecuente, prubas integradas y colaboración de las partes integradas. DSDM es particularmente útil para priorizar los requisitos, esperando volver a trabajar en cambios de desarrollo que deben ser reversibles. DSDM se basa en sprints y a menudo se usa junto con metodologías como Scrum y XP.
La agilidad es esencial en un entorno empresarial que exige una rápida adaptación e innovación constante. Las organizaciones que adoptan metodologías ágiles pueden responder con mayor eficiencia a las cambiantes necesidades del mercado y aprovechar nuevas oportunidades, fomentando una cultura de mejora continua que es esencial para metenerse competitivos. Agile, como marco de trabajo, se adapta al uso de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y machine learning, permitiendo automatizar tareas repetitivas y mejorar la toma de decisiones sin reemplazar la interacción humana, que es el núcleo de Agile. A medida que las organizaciones buscan flexibilidad, los métodos híbridos que combinan prácticas ágiles con metodologías tradicionales de gestión de proyectos están ganando porpularidad. Estos enfoques permiten ajustar los procesos a las necesidades específicas de cada proyecto y equipo, logrando un equilibrio entre estructura y agilidad. Además, fomentar una cultura de mejora continua es clave para el éxito de Agile, implicando iteraciones constantes no solo sobre productos y servicios, sino también sobre procesos internos, retroalimentación y adaptación continua para mejorar la efectividad.
El futuro de Agile podría expandirse para incluir un enfoque más fuerte en la sostenibilidad y responsabilidad social. Las empresas conscientes de su impacto pueden adaptar Agile para incorporar consideraciones sobre cómo los proyectos afectan no solo los resultados financieros, sino también a la comunidad y el medio ambiente, integrando prácticas sostenibles y alineando los objetivos del proyecto con objetivos sociales y ambientales más amplios. Este enfoque holístico asegura que Agile no solo mejore la eficiencia y competitividad, sino que también contribuya positivamente a la sociedad y al planeta.
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