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OLA DIGITAL - Surfeá la transformación

El mundo actual, la globalización, la agilidad y la transformación digital juegan un papel fundamental en las agendas de las organizaciones preocupadas por la creación de valor agregado y por la integración de un nuevo modelo de negocio que se incorpora, con una fuerza cada vez más significativa, en los métodos y en las culturas empresariales. Hablamos de la sustentabilidad y sostenibilidad como procesos de un nuevo paradigma de mercado.

 
Desarrollo sustentable y sostenible de y en las organizaciones
    RSE   
19/09/2022 | 3 minutos de lectura

#carbonocero  #sustentabilidad   #sostenibilidad   #RSE

Qué vas a encontrar:
 




 
¿Qué es la sustentabilidad? Diferencia entre sustentable y sostenible


El desarrollo sustentable es una estrategia que permite a una organización mayor eficiencia en los procesos y una gestión más sólida de sus recursos internos, en relación con el medioambiente y la sociedad con la que convive. Hablamos de un comportamiento ético empresarial que orienta sus esfuerzos a integrar las dimensiones económica, ambiental y social para poder interactuar en un equilibrio a mediano y largo plazo. Ahora bien, ¿cómo es posible que estas tres dimensiones convivan?
 
En este punto, es pertinente comprender la diferencia entre sostenible y sustentable, pero, además, sus puntos de contacto. Esto último es a lo que apuntan las nuevas compañías en sus estrategias de negocios: la integración entre sostenibilidad y sustentabilidad.
 
El desarrollo sostenible es, en principio, la sostenibilidad económica de una compañía en el tiempo, a mediano y largo plazo. Es mantener la rentabilidad económica de sus actividades de producción, para lo cual es necesario contemplar otros aspectos que hacen viable dicha estabilidad.
Nos referimos, concretamente, a un triple impacto que las empresas producen en la sociedad en la que se insertan: medio ambiente, economía y responsabilidad social empresarial (RSE).


Implicancias de y en las organizaciones


Ecología, economía y sociedad son los 3 pilares de una organización en miras del desarrollo sustentable y sostenible, por lo que deben funcionar de manera asociada. Para ello, es necesario gestionarlas de forma integral, esto es, integrar los objetivos económicos de una organización con aquellos objetivos sociales y ambientales, entendiendo que el éxito se define a partir de la capacidad que tienen las empresas de desarrollar una cultura de adaptabilidad al cambio, para ir transformando los procesos y obtener una ventaja competitiva y comercial, implicando las 3 esferas en sus estrategias de negocio.
Esta adaptabilidad de las empresas, se traduce en la búsqueda de disminuir externalidades negativas en relación al medio ambiente, al tiempo que elevan y maximizan sus beneficios económicos. A su vez, elaboran programas de integración con la comunidad con la cual coexisten.
 
Que una organización sea sostenible y sustentable, implica que logre integrar estos 3 pilares, ya sea desde dentro de la misma, como hacia afuera de ella. En este sentido, se deben ocupar de generar un impacto lo menos negativo posible sobre el medio ambiente, es decir, dejar una huella significativamente más cuidadosa con la ecología, lo cual incluye, atender a lo que comúnmente denominamos “huella de carbono”.
 
La huella de carbono es un indicador ambiental, es una herramienta que muestra la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) producidos por la actividad humana. Las implicancias de las empresas sobre reducir la huella de carbono, tienen que ver con minimizar los efectos negativos que ocasionan sus actividades productivas, ya sea de manera directa, como indirecta sobre la ecología. En términos simples, ser una compañía sostenible y sustentable significa que contribuye a la reducción de la huella de carbono en el medio ambiente o, por lo menos, evita al máximo perjudicarlo al tiempo que se realizan acciones en conjunto con la sociedad. Son empresas que ingenian mecanismos, sistemas, métodos y prácticas que les permitan desarrollar sus operaciones sin afectar la ecología. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para ser una empresa sostenible, se deben llevar a cabo distintas acciones que tienen en consideración las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado ambiental y el bienestar social en general.
 
Podemos decir que se trata, principalmente, de modificar ciertas costumbres, rutinas y prácticas para adquirir otras más respetuosas con el entorno, con nosotros mismos y, en consecuencia, con los otros. A nivel empresarial, estas prácticas se introducen desde dos puntos estratégicos, de forma transversal:
  • Dentro de las empresas (en): orientadas a planificar y concretar ciertas acciones en las compañías, que construyan, entre los colaboradores, una cultura de cuidado al entorno. Ejemplos de esto es el uso de vasos ecológicos, crear conciencia de reutilizar o reciclar envases para no incrementar el uso de plásticos, la clasificación de residuos, concientizar sobre el uso del papel y la reducción de material impreso, proponer hábitos saludables, como la entrega de frutas, entre otros aspectos que son cada vez más frecuentes.
 
  • Acciones de las empresas hacia el medio ambiente (de): son las estrategias que las organizaciones realizan en favor de la reducción de la huella de carbono. Se desarrollan cambios en los procesos técnicos-productivos, incluso hasta en el empaquetado de productos. Un claro ejemplo es Natura, la compañía de cosméticos que comercializa repuestos reutilizables de la mayoría de sus productos, sus envases son de material reciclado, compostables, no testean en animales y promueven la disminución de la desforestación. Han concientizado a otras marcas acerca del uso de papel, reemplazando la tradicional cartilla de ventas por la revista digitalizada.

Triple impacto: RSE, economía y medio ambiente



                     


Actualmente, en el desarrollo de cadena de valor de las compañías, existe una tendencia a crear conciencia acerca del impacto ambiental que dejamos los seres humanos en nuestro paso por el mundo. El desarrollo sustentable es parte del discurso de muchas organizaciones en todo el mundo, pero además es parte de los objetivos y de la creación de valor de dichas compañías.
Cuando hablamos del triple impacto de la sustentabilidad, nos referimos a las implicancias que suponen dentro de un negocio, los 3 pilares mencionados. Ahora bien, veamos casos de aplicación y sus beneficios, como así también, las consecuencias de su falta de gestión dentro de las compañías.
En cuanto a la Responsabilidad social empresarial (RSE), se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social y económico por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva, comercial y su valor agregado. Es la forma en que las organizaciones impactan de manera directa e inmediata a la vida de las comunidades a través de programas que promueven el desarrollo económico, la educación, la salud y otras causas sociales relevantes. Según la consultora KPMG internacional, la responsabilidad social y sostenibilidad son “el compromiso de trabajar en beneficio de nuestros grupos de interés para contribuir así a un mejor futuro para todos, definiendo nuestras operaciones y estrategias a futuro”. La RSE también es una filosofía que se incorpora a la visión de negocios y se integra a la cultura organizacional, apoyándose en valores éticos y amigables, en el respeto, el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad en general, impactando también el clima laboral de una empresa, mejorando su entorno y contribuyendo a que los empleados se sientan involucrados e identificados con la compañía y, por ende, se comprometan más con sus metas y objetivos.

En cuanto a los ejemplos de aplicación, podemos encontrar a la Cervecería y Maltería Quilmes, que durante el 2020 presentó “Valor”, una plataforma colaborativa de impacto social cuyo objetivo central fue promover la inclusión, la diversidad y reducir la inequidad social, trabajando principalmente con organizaciones sociales enfocadas en los ejes de Nutrición, Educación y Empleabilidad.
La Compañía Coca-Cola, por ejemplo, por medio de su planeamiento estratégico “Un Mundo Sin Residuos”, se compromete a recolectar y reciclar, para el año 2030, el equivalente al 100% de los envases puestos en el mercado. Una promesa que impacta sobre los 3 pilares, al producir empatía con los ciudadanos del hoy, y pensando en potenciales consumidores del 2030.

En síntesis, para mejorar la percepción de las marcas y, en consecuencia, la competitividad, las compañías optan por comunicar campañas de RSE en sus redes y canales de comunicación, ya que contribuye directamente con el posicionamiento de la marca, mejorando su lugar en el mercado. Un ejemplo, es tratar en sus agendas temas sociales relevantes, documentando las acciones en las comunidades, para luego, ser publicadas en redes o canales masivos de difusión. Estas acciones generan empatía, aumentando la proyección positiva de la marca o el producto y, como resultado, promueven una imagen amigable y más cercana a las realidades lo que, finalmente, se traduce en una mayor cantidad de audiencia y consumidores finales.

Entendiendo estas estrategias, podemos dar cuenta de que, al no integrar estas dimensiones en un plan de negocio en los tiempos que corren, implica no alcanzar ciertos objetivos de sostenibilidad económica a largo plazo y perder terreno en el nuevo mercado del “valor agregado”.

 

Casos de aplicación 

Les proponemos, para continuar profundizando en casos de aplicación estratégica, el siguiente
video de Infobae Talks. En él, se abordan los ejemplos de 3 compañías que tienen la visión sustentable en sus planes de negocio.
 
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